La criada asiática Ember Snow desvirga el hijo del jefe

Ember Snow encajaría de lujo en una serie sobre psicópatas porque puede cambiar su carácter radicalmente de un segundo a otro. Obviamente seguro que es una mujer totalmente equilibrada y normal, pero tiene esa pequeña cosilla de que le gusta demasiado follar hasta el punto de ser enfermizo. Lo que sí parece que sea es bastante obsesiva porque cuando se le te en la cabeza una polla no hay quien la pare. El joven hijo de sus jefes de la casa donde trabaja como criada le daba mucho morbo porque sabía que nunca había estado en la intimidad con una chica, así que su mente pervertida empezó a tramar un plan para quitarle las telarañas de la polla.