Harlow Harrison cabalga una polla negra hasta el fondo

La cara es el espejo del alma y la gran sonrisa que tenía Harlow Harrison sabiendo el pollón negro que se iba a hincar lo decía todo. Sin duda el tipo iba sobrado porque sabe que con la herramienta que tiene entre las piernas ninguna mujer se va a quedar a medias. El caso es que después de una breve charla, Harlow empezó a chuparle la polla o al menos a intentarlo, ya que prácticamente ese trozo de carne era como un brazo. Al principio parecía que ni de coña esta madurita iba a aguantar la penetración, sin embargo, se puso encima de él y poco a poco se la fue encajando hasta que la hizo desaparecer.