El padre de mi amigo me regala un masaje con mamada incluida

Yo sabía que el padre de mi mejor amigo era masajistas profesional pero de lo que no tenía ni idea es que era de los míos: un maricón como la copa de un pino. El otro día fue mi cumpleaños y mi colega me regaló un masaje en la clínica de su padre. La verdad es que me iba a venir muy bien porque siempre tengo la espalda cargada, así que ni me lo pensé y acepté el regalo. Entre los gays nos conocemos y estoy seguro de que ese hombre supo desde el principio que me gustaban los tíos. En cuanto me dijo que me desnudara por completo ya tenía claro que aquello no sería un simple masaje. Efectivamente, el muy cabrón se aprovechó de mi y de mi polla y por supuesto yo dejé que hiciera con mi cuerpo lo que le diera la gana. No veas cómo la chupa el viejo.